Nido grande
(La Casa de mis Padres)
Hoy todo lo veo como en sueños,
en esa imagen de mi paso por la vida:
¡ La Casa de mis Padres!
Una calle vestida de pendientes verticales,
y una casa,
adornada con rejas en su frente;
baldosas donde caminaron
los seres que amo,
y los que se despidieron
en primaveras o veranos .
Baldosas que adorné con ilusiones
de niña-adolescente,
en una enorme cocina,
con aromas que aún perduran,
con platos servidos de las manos de mi Padre,
o amasados ravioles de las manos de mi Madre,
fragancias convertidas en eternas,
en esas mesas unidas,
donde mi “ Viejo “ precedía con apuros,
los almuerzos de toda una familia reunida .
Eran tiempos confundidos con el color
de la juventud y los afectos.
Eran tiempos de esperanzas y de sueños,
con un patio enrulado de parrales,
como mudo testigo de esa edad,
son colores y aromas tan intensos
que aún perduran en mi alma .
Las macetas con plantas de mi Madre,
la higuera y los naranjos de mi Padre,
flores y frutos,
que tenían el sabor y el gusto único,
que hoy recuerdo y saboreo dentro mío.
¡ Todo era tan hermoso y tan intenso !
Un living, donde brindamos en inviernos,
con cartas y juegos,
en cada " copita de la paz"
al calor de los leños, que crujían,
y que en cada brasa se mezclaban,
en una chimenea,
que hoy espera en soledad,
los pasos de los seres
que entibió.
Cada vez que recuerdo
estos sueños tan intensos,
no alcanzo a comprender,
(La Casa de mis Padres)
Hoy todo lo veo como en sueños,
en esa imagen de mi paso por la vida:
¡ La Casa de mis Padres!
Una calle vestida de pendientes verticales,
y una casa,
adornada con rejas en su frente;
baldosas donde caminaron
los seres que amo,
y los que se despidieron
en primaveras o veranos .
Baldosas que adorné con ilusiones
de niña-adolescente,
en una enorme cocina,
con aromas que aún perduran,
con platos servidos de las manos de mi Padre,
o amasados ravioles de las manos de mi Madre,
fragancias convertidas en eternas,
en esas mesas unidas,
donde mi “ Viejo “ precedía con apuros,
los almuerzos de toda una familia reunida .
Eran tiempos confundidos con el color
de la juventud y los afectos.
Eran tiempos de esperanzas y de sueños,
con un patio enrulado de parrales,
como mudo testigo de esa edad,
son colores y aromas tan intensos
que aún perduran en mi alma .
Las macetas con plantas de mi Madre,
la higuera y los naranjos de mi Padre,
flores y frutos,
que tenían el sabor y el gusto único,
que hoy recuerdo y saboreo dentro mío.
¡ Todo era tan hermoso y tan intenso !
Un living, donde brindamos en inviernos,
con cartas y juegos,
en cada " copita de la paz"
al calor de los leños, que crujían,
y que en cada brasa se mezclaban,
en una chimenea,
que hoy espera en soledad,
los pasos de los seres
que entibió.
Cada vez que recuerdo
estos sueños tan intensos,
no alcanzo a comprender,
¡ Si todo fue tan grande,
o yo fui tan pequeña ..!
Mercedes Estela Brito
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