Herederos del Patrimonio ( Premio Ensayo, en Alta Gracia)
Somos una conjunción, la unión de elementos que apuntaron a un solo fin, la divulgación de dos o más culturas: la de comechigones, la de esclavos y la de generaciones de españoles, que nos dejaron esta herencia: una que brindó la tierra, y que la trabajó bajo la dirección de la otra que aportó la nueva Cosmovisión Judea Cristina con todo su capital cultural del viejo mundo y que contribuyó a poblarla. Luego somos un crisol de sangres inmigrantes y el resultado de la unión de las sangres ¡
Debemos tener el afán de proteger y de conservar diez generaciones de Jesuitas, de esclavos y de comechigones que nos dejaron este complejo edilicio, que nos realza a nivel mundial haciendo conocer al mundo donde estamos, quienes fuimos, quienes somos y que cultura tenemos a partir de amar nuestra cultura , la nueva la que hoy nos identifica en esa simbiosis, la que nos precedió en el tiempo y en la Historia y que hoy tenemos, por eso la responsabilidad de esta herencia , que hoy son Patrimonio de la Humanidad.
La UNESCO declaró Patrimonio Cultural a las Obras Jesuíticas en Córdoba el 29 de noviembre del 2000. Encauzando los sentimientos y emociones que despiertan en la majestuosidad de una arquitectura que trasciende a su tiempo, rescatando del inconsciente colectivo, mitos y leyendas que acercan el espacio elegido con temas de historia, poesía, música, leyendas, costumbres y arte sosteniéndonos e identificándonos.
Debemos nutrirnos con ideas de preservación y conservación de los lugares que fueron y siguen siendo desde una época en que las aguas todo lo cubrían, hasta la realidad de hoy y también preservar, conservar y mejorar específicamente Nuestro Patrimonio Cultural , como habitantes de esta ciudad de Alta Gracia.
. Este lugar completa una oferta turística Argentina y nos dan una gran presencia en el exterior. La conservación y difusión de esta maravillosa Obra, son pilares a continuar en el futuro. Miles de turistas a diario pueden apreciar esta vasta Obra religiosa, cultural, social y económica en nuestra ciudad, el complejo Jesuítico Cordobés es el legado edilicio más importante del proyecto político y cultural de los Jesuitas en Sudamérica. Y se convierte en el primero del país considerado como Patrimonio Cultural, ya que hasta ahora es el único que entra en esta categoría, pues las misiones jesuíticas guaraníes, son compartidas con nuestro vecino país de Brasil.
Pero Alta Gracia, tiene algo que la identifica, un sello propio que la diferencia de otras localidades de la Provincia y del país: su Patrimonio Cultural, un bien, un Capital no solo propio , sino de la Humanidad a partir del 29 de noviembre del 2000.
Pero no-solo el vecino, sino el foráneo que se llega hasta nuestra casa, puede apreciar todo el conjunto que forma la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, me suena más musical este nombre que identificar en casco de la Estancia a su
actual nombre “Casa del Virrey Liniers “que solo fue uno de sus propietarios y que solo pasó por sus galerías y habitaciones unos escasos meses. Me gusta más llamarla la Estancia Jesuítica, porque además es más abarcativa, nos da una idea de conjunto : porque comprende la Iglesia, el Obraje, la Ranchería, el molino, las huertas, los hornos, los Paredones y muchas leguas. Con sus 17 puestos dependientes de la Estancia de Alta Gracia (llegaban hasta Mina Clavero y Calamochita), en los siglos XVII y XVIII donde funcionó a pleno, donde los Hijos de San Ignacio llegaron para redimir almas enfrentándose al indio y a la avaricia del encomendero que solo buscaba satisfacer sus propios intereses, así empezaban esta labor los llamados los "Amigos de Señor".
Así fue que en la segunda mitad del siglo XVI comenzaron su progresión desde el Perú. Córdoba, era el centro estratégico, que ante el temor del despoblamiento, corría amenazas de desaparición. Con el asentamiento de iglesias, conventos y colegios se podía asegurar un crecimiento mediano y sostenido de la ciudad para consolidar el territorio conquistado.
Con la creación de Centros generadoras de riquezas para el sostenimiento de la orden, como fueron las Estancias: Alta Gracia, Candelaria, Caroya, Jesús María, Santa Catalina y otras, llegaron a formar un circuito interregional, naciendo un núcleo comercial entre los dos océanos que se autoabastecía en todos los aspectos socio-culturales y económicos necesarios. Incluso gran cantidad de alimentos producidos en Córdoba se llevaban al Alto Perú y sobre todo a mulas, que fue el objeto comercial más preciado de los siglos XVII y XVIII.
Además de ser Centros Culturales con una sólida contribución, que marcó el desarrollo de una identidad regional , fueron verdaderos centros comerciales. Estando a cargo uno o dos Padres de la Orden, o hermanos estancieros y luego algunos indios conchabados y numerosos esclavos traídos de África, para atender las faenas del campo( agricultura ), moliendas de granos, la incipiente industria textil y el redituable comercio de mulas.
Y de simple economía de subsistencia se fue transformando en economía explotadora de producción agropecuaria, especialmente en la cría de mulas que se llevaban al Alto Perú.
Nació también la artesanía local y tanto el indígena como el negro dejaron de ser solamente una herramienta, para ir transformándose poco a poco en carpinteros, herreros , alarifes, pintores etc..
La industria molinera fue muy importante en Córdoba, empleándose la fuerza hidráulica, y para ello se construyeron represas en los ríos, a los fines de acumular agua, que luego era conducida por canales o acequias, que sirvieron de riego para los campos y huertas. En Alta Gracia, construyeron un sistema de represas o diques que llegan finalmente a un canal o acequia y que lleva agua a un gran Tajamar y se usaba además la presión del agua para hacer girar a un gran molino.
Los esclavos negros en tiempos de los Jesuitas y los indios fueron dos entidades humanas en extremo marginales. Pero ante la escasez de indios, los Hijos de Loyola tuvieron que afrontar la necesidad de poseer un gran número de africanos. Los esclavos que servían a los Jesuitas, llegaron a unos 300 en una sola de las Estancias y a cientos de miles en varias hectáreas. Los Jesuitas trataban de que sean buenos cristianos y luego buenos sirvientes.
La Compañía de Jesús les enseñó oficios diversos, como la de músicos, albañiles, relojeros, carpinteros, herreros, pintores. La gran mayoría de los esclavos vivían en la Ranchería, ubicada junto a la Residencia de los padres. Era un gran rectángulo con una sola puerta de entrada, con las habitaciones alrededor que se abrían a un gran patio.
Del casco principal de la Estancia sobresale el edificio de la Iglesia..
El conjunto de nuestra herencia está integrado : haciendo una especie de Inventario de Bienes: por la Residencia, la Iglesia, el Obraje y el Tajamar- el dique más antiguo que se conserva en la provincia de Córdoba- constituye uno de los principales centros de interés de la zona. Los Jesuitas, que desarrollaron sus planos sobre los rumbos Sud y Este del Tajamar y edificación primitiva, los hornos, corrales y Rancherías, estaban hacia el Sud y Sud Oeste.
El Tajamar servía de depósito de agua para el riego con dos molinos y un batán, recibía el agua de acequias que era represada dentro de los muros de cal y piedra de una cuadra de largo. La Huerta estaba ubicada al pié y al oriente del Tajamar ,en el bajo ; y al norte de la plaza actual ( donde se daban plantas y árboles frutales perales, uvas, membrillo, granados, duraznos , higueras, legumbres y cebada ). A dos cuadras estaba ubicado un horno de quemar teja y ladrillo y un horno de quemar cal y más allá los corrales de piedra
El Embalse de Los paredones estaba ubicado a 2 Km. aguas arriba del arroyo, un ocal de carpintería y herrería , una fundición de campanas, telares con sus aperos, prensas, barbería, botica, etc. construcción de instrumentos de musicales ( arpa, violín y guitarra ) .
He querido mediante este especie de Inventario de nuestro Capital humano, edilicio y la infraestructura comercial con todas sus producciones preguntarme si no somos capaces de hacer de nuestra región , con la identidad, con la que nacimos , de formar un verdadero centro generador de nuestra propia riqueza, de nuestra región , en todos los aspectos: culturales, sociales, comerciales, turísticos, formando un circuito interregional como centro bioceánico, que aún seguimos siendo y aprender de nuestras raíces para rescatar nuestra propia identidad del ser de hoy como altagraciences, formados a partir de una herencia, que como si fuera una herencia genética, es una herencia cultural, dándonos la identidad . Tomemos de ella, lo que aún queda, de sus valores, de su inserción en el mundo y aprendamos a preservar , mejorando y proponiendo tener algún día para nuestros hijos y el mundo, todo el conjunto del Patrimonio de la Humanidad, la Estancia Jesuítica, en buen estado de conservación, como lo es la Iglesia, en deplorable estado , corroído su arte colonial; sumar “ El Obraje” al conjunto como Museo restaurado , en lo posible, según planos originales y que los alumnos que hoy estudian en sus aulas, tengan un edificio acorde a los nuevos tiempos , porque el lugar físico, donde fue plantada la Cruz de madera fundacional, merece que nosotros y nuestras generaciones que nos precedan en el tiempo , caminen los pasos del Camino de los Jesuitas y de los naturales de la tierra , desde donde se irradió nuestra cultura de hoy.
Segundo Premio- Nov-2004, en Concurso Manuel de Falla
ENSAYO- Municipalidad de Alta Gracia
Somos una conjunción, la unión de elementos que apuntaron a un solo fin, la divulgación de dos o más culturas: la de comechigones, la de esclavos y la de generaciones de españoles, que nos dejaron esta herencia: una que brindó la tierra, y que la trabajó bajo la dirección de la otra que aportó la nueva Cosmovisión Judea Cristina con todo su capital cultural del viejo mundo y que contribuyó a poblarla. Luego somos un crisol de sangres inmigrantes y el resultado de la unión de las sangres ¡
Debemos tener el afán de proteger y de conservar diez generaciones de Jesuitas, de esclavos y de comechigones que nos dejaron este complejo edilicio, que nos realza a nivel mundial haciendo conocer al mundo donde estamos, quienes fuimos, quienes somos y que cultura tenemos a partir de amar nuestra cultura , la nueva la que hoy nos identifica en esa simbiosis, la que nos precedió en el tiempo y en la Historia y que hoy tenemos, por eso la responsabilidad de esta herencia , que hoy son Patrimonio de la Humanidad.
La UNESCO declaró Patrimonio Cultural a las Obras Jesuíticas en Córdoba el 29 de noviembre del 2000. Encauzando los sentimientos y emociones que despiertan en la majestuosidad de una arquitectura que trasciende a su tiempo, rescatando del inconsciente colectivo, mitos y leyendas que acercan el espacio elegido con temas de historia, poesía, música, leyendas, costumbres y arte sosteniéndonos e identificándonos.
Debemos nutrirnos con ideas de preservación y conservación de los lugares que fueron y siguen siendo desde una época en que las aguas todo lo cubrían, hasta la realidad de hoy y también preservar, conservar y mejorar específicamente Nuestro Patrimonio Cultural , como habitantes de esta ciudad de Alta Gracia.
. Este lugar completa una oferta turística Argentina y nos dan una gran presencia en el exterior. La conservación y difusión de esta maravillosa Obra, son pilares a continuar en el futuro. Miles de turistas a diario pueden apreciar esta vasta Obra religiosa, cultural, social y económica en nuestra ciudad, el complejo Jesuítico Cordobés es el legado edilicio más importante del proyecto político y cultural de los Jesuitas en Sudamérica. Y se convierte en el primero del país considerado como Patrimonio Cultural, ya que hasta ahora es el único que entra en esta categoría, pues las misiones jesuíticas guaraníes, son compartidas con nuestro vecino país de Brasil.
Pero Alta Gracia, tiene algo que la identifica, un sello propio que la diferencia de otras localidades de la Provincia y del país: su Patrimonio Cultural, un bien, un Capital no solo propio , sino de la Humanidad a partir del 29 de noviembre del 2000.
Pero no-solo el vecino, sino el foráneo que se llega hasta nuestra casa, puede apreciar todo el conjunto que forma la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, me suena más musical este nombre que identificar en casco de la Estancia a su
actual nombre “Casa del Virrey Liniers “que solo fue uno de sus propietarios y que solo pasó por sus galerías y habitaciones unos escasos meses. Me gusta más llamarla la Estancia Jesuítica, porque además es más abarcativa, nos da una idea de conjunto : porque comprende la Iglesia, el Obraje, la Ranchería, el molino, las huertas, los hornos, los Paredones y muchas leguas. Con sus 17 puestos dependientes de la Estancia de Alta Gracia (llegaban hasta Mina Clavero y Calamochita), en los siglos XVII y XVIII donde funcionó a pleno, donde los Hijos de San Ignacio llegaron para redimir almas enfrentándose al indio y a la avaricia del encomendero que solo buscaba satisfacer sus propios intereses, así empezaban esta labor los llamados los "Amigos de Señor".
Así fue que en la segunda mitad del siglo XVI comenzaron su progresión desde el Perú. Córdoba, era el centro estratégico, que ante el temor del despoblamiento, corría amenazas de desaparición. Con el asentamiento de iglesias, conventos y colegios se podía asegurar un crecimiento mediano y sostenido de la ciudad para consolidar el territorio conquistado.
Con la creación de Centros generadoras de riquezas para el sostenimiento de la orden, como fueron las Estancias: Alta Gracia, Candelaria, Caroya, Jesús María, Santa Catalina y otras, llegaron a formar un circuito interregional, naciendo un núcleo comercial entre los dos océanos que se autoabastecía en todos los aspectos socio-culturales y económicos necesarios. Incluso gran cantidad de alimentos producidos en Córdoba se llevaban al Alto Perú y sobre todo a mulas, que fue el objeto comercial más preciado de los siglos XVII y XVIII.
Además de ser Centros Culturales con una sólida contribución, que marcó el desarrollo de una identidad regional , fueron verdaderos centros comerciales. Estando a cargo uno o dos Padres de la Orden, o hermanos estancieros y luego algunos indios conchabados y numerosos esclavos traídos de África, para atender las faenas del campo( agricultura ), moliendas de granos, la incipiente industria textil y el redituable comercio de mulas.
Y de simple economía de subsistencia se fue transformando en economía explotadora de producción agropecuaria, especialmente en la cría de mulas que se llevaban al Alto Perú.
Nació también la artesanía local y tanto el indígena como el negro dejaron de ser solamente una herramienta, para ir transformándose poco a poco en carpinteros, herreros , alarifes, pintores etc..
La industria molinera fue muy importante en Córdoba, empleándose la fuerza hidráulica, y para ello se construyeron represas en los ríos, a los fines de acumular agua, que luego era conducida por canales o acequias, que sirvieron de riego para los campos y huertas. En Alta Gracia, construyeron un sistema de represas o diques que llegan finalmente a un canal o acequia y que lleva agua a un gran Tajamar y se usaba además la presión del agua para hacer girar a un gran molino.
Los esclavos negros en tiempos de los Jesuitas y los indios fueron dos entidades humanas en extremo marginales. Pero ante la escasez de indios, los Hijos de Loyola tuvieron que afrontar la necesidad de poseer un gran número de africanos. Los esclavos que servían a los Jesuitas, llegaron a unos 300 en una sola de las Estancias y a cientos de miles en varias hectáreas. Los Jesuitas trataban de que sean buenos cristianos y luego buenos sirvientes.
La Compañía de Jesús les enseñó oficios diversos, como la de músicos, albañiles, relojeros, carpinteros, herreros, pintores. La gran mayoría de los esclavos vivían en la Ranchería, ubicada junto a la Residencia de los padres. Era un gran rectángulo con una sola puerta de entrada, con las habitaciones alrededor que se abrían a un gran patio.
Del casco principal de la Estancia sobresale el edificio de la Iglesia..
El conjunto de nuestra herencia está integrado : haciendo una especie de Inventario de Bienes: por la Residencia, la Iglesia, el Obraje y el Tajamar- el dique más antiguo que se conserva en la provincia de Córdoba- constituye uno de los principales centros de interés de la zona. Los Jesuitas, que desarrollaron sus planos sobre los rumbos Sud y Este del Tajamar y edificación primitiva, los hornos, corrales y Rancherías, estaban hacia el Sud y Sud Oeste.
El Tajamar servía de depósito de agua para el riego con dos molinos y un batán, recibía el agua de acequias que era represada dentro de los muros de cal y piedra de una cuadra de largo. La Huerta estaba ubicada al pié y al oriente del Tajamar ,en el bajo ; y al norte de la plaza actual ( donde se daban plantas y árboles frutales perales, uvas, membrillo, granados, duraznos , higueras, legumbres y cebada ). A dos cuadras estaba ubicado un horno de quemar teja y ladrillo y un horno de quemar cal y más allá los corrales de piedra
El Embalse de Los paredones estaba ubicado a 2 Km. aguas arriba del arroyo, un ocal de carpintería y herrería , una fundición de campanas, telares con sus aperos, prensas, barbería, botica, etc. construcción de instrumentos de musicales ( arpa, violín y guitarra ) .
He querido mediante este especie de Inventario de nuestro Capital humano, edilicio y la infraestructura comercial con todas sus producciones preguntarme si no somos capaces de hacer de nuestra región , con la identidad, con la que nacimos , de formar un verdadero centro generador de nuestra propia riqueza, de nuestra región , en todos los aspectos: culturales, sociales, comerciales, turísticos, formando un circuito interregional como centro bioceánico, que aún seguimos siendo y aprender de nuestras raíces para rescatar nuestra propia identidad del ser de hoy como altagraciences, formados a partir de una herencia, que como si fuera una herencia genética, es una herencia cultural, dándonos la identidad . Tomemos de ella, lo que aún queda, de sus valores, de su inserción en el mundo y aprendamos a preservar , mejorando y proponiendo tener algún día para nuestros hijos y el mundo, todo el conjunto del Patrimonio de la Humanidad, la Estancia Jesuítica, en buen estado de conservación, como lo es la Iglesia, en deplorable estado , corroído su arte colonial; sumar “ El Obraje” al conjunto como Museo restaurado , en lo posible, según planos originales y que los alumnos que hoy estudian en sus aulas, tengan un edificio acorde a los nuevos tiempos , porque el lugar físico, donde fue plantada la Cruz de madera fundacional, merece que nosotros y nuestras generaciones que nos precedan en el tiempo , caminen los pasos del Camino de los Jesuitas y de los naturales de la tierra , desde donde se irradió nuestra cultura de hoy.
Segundo Premio- Nov-2004, en Concurso Manuel de Falla
ENSAYO- Municipalidad de Alta Gracia
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