( La Santa Rita donde habitabas, del color de tu "capita" Madre!)
Sólo tu voz “ In Memoriam de mi Madre”
Han transcurrido trescientos sesenta y cinco días, pero podría haber sido un día o diez años, da lo mismo, que con tu faz alada de Madre me mantienes, me sostienes.
Convertida hoy en vigía de mi horizonte en este Sur donde te veo aún en lejanía, percibiendo tu rostro encanecido. Estoy arrasada de los últimos recuerdos donde no quiso asomar ese brillo de tus ojos; --¡Solo tu voz , solo tu voz ¡ en esa tarde de llovizna que se pobló de implacable mutismo.
En ese diálogo final que mantuvimos, o que mantuve solo con tu inmóvil rostro preguntándome… esas respuestas que jamás llegaron a persuadirme.
En el aire están comunicadas todas las cartas que mantuve contigo en este tiempo de tu ausencia, pero nunca pude imprimirlas paralizada por el dolor de no tenerte y empapadas por las huellas de mis lágrimas.
Eres Madre mi reliquia del ayer, eres la absoluta mirada del tiempo, espíritu elevado donde aún resurge..! Solo tu voz, solo tu voz ¡.
Busco en este desierto y te encuentro hoy en este lapso donde la existencia siguió con sus planes, anhelos, desvelos y conquistas.
He regresado Madre, muchas veces y desde ese cruce advirtiendo todo el valle, te he sentido aquí o allá , en el valle o en el desierto de mi vida, estás Madre , he percibido tus sonrisas y ¡ Solo tu voz, solo tu voz! Quedaron en mí.
¡Abrígame con tus brazos hasta reencontrarme con tus manos ¡
Mercedes Estela Brito
Sarmiento ( Chubut).2007
1 comentario:
Amiga Mimi...
Encontré tu invitación al blog. Allí me detuve como hago ante cada escrito tuyo, aunque no niego, que mis respuestas son lentas...
No quiero desviar mi atención y hacer un alto para darte mi sencillo comentario, sobre “solo tu voz”.
No solamente ha sido tu madre: ¡amiga Mimi!, También ha sido mía, de todos... Porque has descrito una madre, que quienes solo las amamos como vos hiciste, comprendemos, tal amor.
Tus palabras son tu ser en carne viva. Me emocione de tal manera...mucho, mucho.
Retornó a mí -como cada domingo cuando voy de visita a su casa- el aroma inconfundible que gracias a Dios, hoy deja en mis ropas al besarla, mi madre. Duermo en su perfume.
Cumpliste con el legado de buena escritora, de dar a quienes como nosotros, simples lectores, la capacidad de emoción, de hacer latir el corazón que el ritmo social olvida ante tanto muro, tanta inhumanidad hasta brotar en lagrimas.
Precioso. Así es “solo tu voz”. Escrito por una hija, aunque pareciera, la pluma de tu propia madre para darte a saber, que sabia, de cuanto la amabas.
Gracias.
Javier de Lanús. 22-5-2008
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